Y así vamos. Yo sin hada, vos sin nada. Yo furioso, vos curiosa. Yo que sollozo, vos "yo soy yo". Yo pronto desquicio, vos querés el armisticio. Y a fin de cuentas pierden todos. Porque cuando nos fundimos, fundamos el milagro. Y eso le sirve de algún modo al mundo entero: pues son mortales los letargos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario